Esta anotación que sigue la escribà durante la penúltima fecha del Circuito Latino en el norte de Perú: “Que sensación mas extraña tengo hoy. Estoy frente a una de las mejores izquierda del mundo, Lobitos, está increÃble. La miro y me pregunto: ¿Qué hago acá afuera sin meterme? Mi respuesta es: “Tengo que descansar para el contest, mañana la remadera va a ser fuerte y tengo que guardar energÃa. El campeonato se está haciendo en una izquierda que está a 40 minutos manejando de donde estamos, es buena, pero muy diferenteâ€.
Este planteo empezó justo después de una sesión épica en “BaterÃasâ€, a la mañana, donde me sentà surfeando bien, haciendo las maniobras donde son, rápido y preciso. Me salà del agua para no cansarme (hacÃa una hora y media que estaba), y comenzó esta idea en mi cabeza que ahora estoy compartiendo con ustedes.
Después del surfing, desayuno. Eran 11:30 y me senté en el balcón del hotel a intentar trabajar un poco en algunos artÃculos que querÃa escribir. Llegaba la hora del almuerzo y cada vez Lobitos se vaciaba más.
La perfección de Lobitos. Foto: PasseriIntenté ponerme a estirar, puse música, miré los emails, puse la pava para el mate y la ola no paraba de rodar. Mi concentración estaba mas dispersa que de costumbre, y no podÃa dejar de mirar las olas. Hasta tuve que irme a caminar tierra adentro para no ver lo que estaba pasando en la costa, pero de todos lados se veÃan las lÃneas que se iban vacÃas…
Esforzándome en la búsqueda del autocontrol, por el plan que habÃa trazado para ese dÃa, supere la ansiedad y pude volver al hotel, tomarme un taxi e ir sin tabla, a la ola del campeonato, por lo menos para analizarla. Miraba todas las manifestaciones de una ola incierta, de mar adentro pero que rodaba casi mecánica por un fondo de arenas y piedras.
La perspectiva no era la ideal, siempre es mejor correr una ola que nunca surfeaste por lo menos dos o tres veces antes de competir. No es recomendable, llegar directo al heat sin testear las tablas y la manera que debe ser corrida esta ola. Bien, superado el dÃa de la ansiedad, me preparaba para el próximo dÃa.
Cené a eso de las ocho de la noche un arroz chaufa bien peruano y una cerveza para relajar tensiones. Me demoré unos 40 minutos en terminar el plato y sentÃa que la ansiedad estaba siendo controlada.
Subà al cuarto y empecé a armar bolso completo para poder soportar todo el dÃa. Todo tipo de frutas secas, agua, el bolso con el mate, dos tablas listas parafinadas y con quillas puestas, un bolso de accesorios que incluÃan soga de saltar, banda elástica para las piernas, un juego de quillas extra, parafina y muchas dudas…
Un surfista suele observar situaciones cambiantes (mar–clima) que tienen algunos patrones pero al ser una sumatoria de elementos, un mÃnimo cambio modifica todo el panorama.
Bottom Largo en las izquierdas de Negritos. Foto: Enrique RodrÃguezEl nuevo paradigma es adaptarse al movimiento, planear tu sesión pero siempre dejando un porcentaje a la improvisación o a la resolución repentina, instintiva, dónde y cómo harÃa la maniobra.
Desde un principio aprendemos a observar patrones móviles y sensibles a cambios. Desde que decidimos ser competidores, profundizamos en el conocimiento del mar, de nosotros mismos y nuestros planos fÃsicos, mentales y energéticos.
Finalmente, en ese evento no me fue como me hubiese gustado, viendo disiparse el objetivo de ganar del circuito.
Los auto reclamos no demoraron en llegar:
- DeberÃa haber surfeado los dÃas anteriores esa ola?- DeberÃa haberme metido ese dÃa en Lobitos o BaterÃas para aflojar la ansiedad
- DeberÃa haberme quedado frente a la ola del contest y observarla todo el tiempo.
Las lÃneas mágicas de Las Flores. Foto: Passeri
Otra oportunidad
Nuevo campeonato, última fecha y acabo de entender lo que en ese momento era una duda: No existen reglas tales como los reclamos que me hice en Perú.
Llego a El Salvador el dÃa anterior al comienzo del contest, después de 26 horas de viaje, claro que por estar sembrado tenÃa el dÃa siguiente para practicar un poco antes de entrar al agua. Me quedé en un hotel a 15 minutos de la competencia en vez de quedarme en frente. Algo mas de lo mismo.
Asà lo hice: 5am arriba, mate y frutas. Listo para probar la punta de Las Flores con mi compa el Sargento Chute. Estaba explotado de gente peleando por una ola pegada a las rocas de 2 a 3 pies máximo. De cierta manera me hice de algunas olas por toda la cancha y pude setear mi mente para la ola, decidir que tabla y quillas usarÃa.
En donde empezó el torneo nos salimos todos, y en vez de buscar resguardo del sol para analizar la ola, llego la propuesta de ir a correr otra ola. Las dudas no fueron las mismas que en Perú y afirmativamente acepté.
A eso de las 11 am ya habÃa surfeado unas 80 olas en total y me sentÃa bien cansado pero satisfecho.
Hace tiempo que no descuido la hidratación y los alimentos, durante una competencia, por lo tanto me recompuse, y a las dos de la tarde tenÃa dos sesiones encima y mucha energÃa.
Me asomé al beach break frente al hotel y estaba cada vez mejor, pero totalmente diferente a la ola de la competencia. Me junté con Antony Fillingim, Thomas King y el siempre inspirador Fede Pilurzo. Tuvimos una sesion divertidÃsima y solos. Recordando que en la Punta de Las Flores deberÃa haber unos 80 surfistas peleando por las olas.
Al salir, ducha para sacarnos la sal, streching, jugo de fruta (preferentemente piña) seguido por BCAA, al terminar ordené la comida.
La mañana siguiente fue épica: el mar creció, llegamos a la playa a las 6am y contamos 50 almas en el agua… Sesión de entrenamiento y a esperar mi serie que seria la última del dÃa.
Mientras tanto, acepté dar una mano en la transmisión en vivo por Internet; asà tenÃa algo para hacer en las cinco horas y media que seguÃan por delante.
Una hora antes di una surfeada para pisar la tabla, algo que suelo hacer cuando tengo dudas. Otras veces solo precaliento con ejercicios que realmente son muy efectivos para surfear de una vez la baterÃa.
Las Flores desde el agua. Foto: Archivo de PasseriPrimer paso chueco: perdà mi serie que agraciado con el repechaje, al otro dia tendrÃa otra oportunidad para seguir en la lucha por el tÃtulo latino que, que lideraban la carga Chila y Fillingim.
Para sacarme la bronca de saltar la cuarta ronda decidà tirarme a surfear el beach break de en frente del hotel. Se veÃa realmente bueno. Una vez mas la incertidumbre de qué deberÃa hacer contra lo que querÃa hacer se hizo presente.
Me fui para el cuarto, calenté agua para tomarme unos mates y me acordé de esto que habÃa comenzado a escribir cuando habÃa perdido doblemente en Perú: La competencia en Negritos, y las surfeadas que reprimà esos dÃas tanto en Lobitos como en BaterÃas. Asà que recordando ese sentimiento de unos meses atrás, me cebé otro mate y comencé a encerar la tabla –la que no usarÃa el dÃa siguiente en el campeonato-.
Salà del cuarto como un nene que tiene una pelota y va por sus vecinos para armar un partidito, buscando a Fillingim. Con él estaban Fede Pilurzu y Thomas King (un junior tico que se las trae de verdad), asintieron sobre lo bueno que estaba el mar y pusimos 30 minutos de preparación para ir juntos al agua.
No podÃa haber estado mejor. Fue casi la mejor elección de todo el viaje, todo el mundo gritando de las maniobras y las olas que corrÃan los demás, fue increÃble. Se notaba que el mar ya estaba empezando a crecer como marcaban los pronósticos.
Post de Passeri en Instagram. En sus estiramientos